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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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14-06-2012

 

 

 


 

 

 


Methol, Mujica y el Uruguay integrador

SURda

 

 


 

 

Julio A. Louis

 

 

 

Una, dos, tres, repetidas veces la reacción golpea al gobierno de Mujica, particularmente en la modificación de la política exterior del país. Para esta reacción -cuya visión de nación se circunscribe a la ganancia empresarial, a los intereses de su clase dominante (fuertemente trasnacionalizada)- ése es el sapo más difícil de tragar. Es que este gobierno ha hecho un giro pronunciado respecto a los gobiernos colorados, blancos (salvo algunos del siglo XIX), militares y también al de Vázquez. Uruguay ha abandonado el papel de Estado Tapón diseñado por sus artífices británicos, de cuña contra sus vecinos.

 

Cuando no, el editorialista de “El País”, desea “terminar con las relaciones carnales” con el gobierno argentino y de paso con el MERCOSUR, ya que “en vez de dinamitarlo por inútil de una vez por todas, ahora queremos ampliarlo con la incorporación de apóstoles de la democracia y el respeto de los derechos, como son los gobiernos de Venezuela y Ecuador.” (“Por un puñado de turistas” , 15 de enero).

 

La oposición burguesa, defensora de la integración comercial del gran capital (que acunó al MERCOSUR neoliberal), que busca la integración con potencias imperialistas en la condición de satélites (TLC con EEUU o con la UE ) trina contra UNASUR, ALBA, CELAC o MERCOSUR, olvidando que los gobiernos de Santos o Piñera apoyan enfáticamente la UNASUR y la CELAC. Es la ira que también conduce a “ABC” de Asunción a denunciar el Protocolo de Montevideo o Compromiso con la Democracia firmado en la última Cumbre del MERCOSUR (que inhabilita a posibles gobiernos golpistas a integrar el MERCOSUR), acordado también por el presidente Lugo, viéndolo como un acto de intromisión contra Paraguay (¿temiendo por el bloqueo de su Parlamento al ingreso de Venezuela?) y lo compara nada menos que con una ¡nueva Triple Alianza contra Paraguay!

 

Cuando defendemos la integración de “Nuestra América” sin renegar del Uruguay (o de otras naciones) no ignoramos las complejidades de integrar a países de poderíos desiguales, ni edulcoramos actitudes chovinistas de Argentina o Brasil. Decimos que con ellos –en particular, con las expresiones políticas de sus clases populares mayoritarias- hay que acordar, dialogar, negociar dignamente, sabiendo que la ruptura con estos vecinos poderosos fragiliza no sólo a los pequeños socios (Uruguay, Paraguay) sino a “Nuestra América” toda.

 

Mujica es nacionalista, antiimperialista, discípulo de Enrique Erro y de Alberto Methol Ferré. A propósito de este último lo recordamos en dos instancias trascendentes. La primera fue en los primeros meses de 2005, cuando no había asumido funciones de gobierno Tabaré Vázquez Dijo -en una reunión de la Fundación Vivian Trías- que si el nuevo gobierno no recorría el sendero trazado por el pensamiento de Trías, revalorando el rol de Uruguay, defendiendo un proceso nacional y popular antiimperialista, incumpliría los objetivos históricos de la izquierda. Sin embargo, dicho gobierno no zafó del carril de la “alianza estratégica” con EE. UU., bajo el timón de Bush y sus halcones, solicitando “ayuda” frente a una eventual guerra con Argentina. La izquierda uruguaya se debe un análisis profundo acerca de los motivos que llevaron a la presidencia a quien tan mal conoce el surgimiento de Uruguay, la política de fragmentación del colonialismo y del imperialismo, la geopolítica (es decir, la influencia de los factores geográficos en la vida y la evolución de los Estados), el sentido del Estado Tapón y la trascendencia liberadora continental del eje Argentina-Brasil.

 

La segunda instancia fue una breve exposición trasmitida personalmente por Methol explicando por qué él -que no pertenecía al Frente Amplio- militaba activamente para que Mujica accediera a la Presidencia , en tanto éste representaba la idea y el sentimiento de Patria Grande. Y otra vez acertó, porque si un mérito histórico inmenso tendrá el Pepe como presidente, es haber reubicado a Uruguay en el concierto de las naciones hermanas, estrechando vínculos con Argentina y Brasil, con Venezuela, Bolivia o aún Palestina.

Los nacionalistas como Erro o Methol, son aliados de la izquierda socialista, como los batllistas auténticos, progresistas. Tan cierto es como que las raíces históricas del Frente Amplio -precedido desde la década del 60 por la Unión Popular y el Frente Izquierda de Liberación- también se encuentran en la objetiva conducción estratégica y táctica de las viejas expresiones de la izquierda (socialistas, comunistas, trotskistas, etc.) representativas de los intereses de los trabajadores, principalmente. Si aquella vieja izquierda fue capaz de encauzar en un torrentoso río al conjunto de las expresiones políticas populares, ahora debe exigírsele a la actual izquierda, que encauce la profundización y rectificación de rumbos, orientados a reemplazar al capitalismo en estado de putrefacción. Abrir la senda post-capitalista o socialista, implica revolucionar las estructuras de poder intocadas, o apenas tocadas. Enfrentar al gran capital de las trasnacionales y sus socios menores (ávidos de enriquecerse a expensas de nuestros recursos naturales y trabajo). Enfrentar al poder militar que aún esté dependiente de EE. UU. , atado al pasado de las dictaduras fascistas, más cuando el país se ha sacudido la tutela militar de la Ley de Caducidad, y en las FF. AA. parecen abrirse signos favorables en las conductas de sus Comandantes. Y enfrentar al poder mediático , que aliena y maleduca, tarea entrelazada a la resolución de los problemas de seguridad y de la educación.

 

 

 

 

 

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